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miércoles, 4 de abril de 2012

Decidido

Las promesas, están ahí
esperando a ser incumplidas.

Las palabras, pacientes
aguardan su destino de ser olvidadas.

Y escribiré versos melancólicos,
gris esquela del agua llovida,
reclamando al tiempo lo que se deja,
maldiciendo y ocultando la ira.

Pero no, esta vez,
será otro yo, en otra vida, en otro momento,
quien acabe pidiendo misericordia,
quien llore por un nuevo error.

Tú no mereces que siquiera te recuerde.
Pero te recuerdo.
Tú no mereces que siquiera te sueñe.
Pero te sueño.

¡Ay de aquel desdichado!
Que sin motivo aparente rompe en ilusiones,
que de repente se encuentra besando su boca,
que al instante despierta del amargo sueño.

Las tardes, están ahí
esperando a ser vistas.

Las estrellas, pacientes
aguardan su destino de consoladoras.

Y escribiré el verso decidido,
luz en la penumbra de esta lucha perdida,
diciendo que ya no me sacrificaré,
que el alba la puedo vivir con o sin compañía.

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