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sábado, 27 de agosto de 2011

Otra vez todo lo anterior

Si decides mostrarme amor,
sabes no me asustaré.
Sé lo que haces.
No me negaré a recibirlo.

Si decidieras una oportunidad,
tal vez alguna sonrisa de vez en cuando.
Una mirada cómplice.
Una mano perdida.

Qué interesante sería la vida.
Otra vez nos topamos.
Otra vez todo lo anterior.
Pero nada.

Nada de nuevo.
No tengo más qué pensar.
Ojalá nos veamos de nuevo,
distintos de nuevo.

viernes, 26 de agosto de 2011

Después de ayer

Esta vez,
yo me des enamoro.

Sólo deja la inercia acercarte

No es buen momento para pensar
sólo deja la inercia acercarte.
Tus labios, tu aliento,
tus palabras, tu cuerpo.

Sólo en sueños, despierto.
Eso es lo que me hace pensar
¿por qué a mí?
¿por qué a ti?

¿Por qué yo?
¿Por qué tú?
Me encanta que mi propio cuerpo
me intoxique con tanta pasión.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Y la lluvia seguía, vertical. Yo, abrigado, conmigo mismo. Deseando...

Hoy caía una lluvia muy interesante, plácida, serena, vertical. Sabes, las cosas estaban nostálgicas, pero estaban bien. No me recordaban a nadie, o tal vez sí, pero nadie que no quisiera recordar.
Creo que pensé en otra persona, creo que esperaba sus llamadas, sus mensajes... yo que sé, me pone nervioso. Sin embargo, eso no detuvo la lluvia. Tampoco detuvo la quietud. Ni me detuvo a mi.
Fresco viento, sensación en la piel, abrigo tibio, un café. En esos momentos no necesitaba más. Pensaba en Pedro, el amigo de Jesús, que se fue por el mundo ¿a qué? No lo sé, eso investigo.
Pensaba en la música: "Toda la vida tiene música hoy". No es muy pronto. ¿Para qué? Ya sabes. No lo sé.
Incertidumbre, no te dejaré pasar, no ahora. La lluvia es vertical, lenta, fina, y me moja las ganas de llorar... mejor el frío, que puedo abrigarme, no así sofocarme en el miedo.
Pensé otra vez.
"Toda la vida tiene música hoy
y cada tonta cosa es música 
del sol de la tarde"
Dios mío. Cada tontería tiene música. No me apena tanto... ¿romanticismo por la vida? No me interesa.
Pensaba. Llegué hasta ella, no lo pude evitar... no quería. Soñé. Ilusioné. Casi que besé. Pero no, ya sabés cómo son estas cosas, aunque ficticia, que dure toda la eternidad... toda la eternidad de una gota de lluvia. Vertical.
Cuánto deseaba un mensaje. "se canceló la salida de mañana". Yo que sé. Lo que fuera.
"y tu respuesta tiene música
del sol... aunque calles"

Y la lluvia seguía, vertical. Yo, abrigado, conmigo mismo. Deseando...




(Tiene partes de la canción "Toda la vida tiene música hoy" de Spinetta)

Lo que odio

Odio que nombren a una mujer "hembra".
Odio que nombren a una mujer "cabra".
En realidad, odio toda relación hecha entre mujer - animal.

Odio estar así.
Odio no poder hablar algunas cosas.
En realidad, odio limitarme por el miedo y la inseguridad.

Odio el sentimentalismo.
Odio la expresión subjetiva del entorno.
En realidad, lo que odio es que nadie capte mis subjetividades.

Odio la gente que denigra el arte.
Odio quienes adoran la técnica.
En realidad, odio la falta de sensibilidad del racionalista.

Odio que el cigarro sea tan malo.
Odio que la bebida me enferme.
En realidad, odio que todo lo que me evade sea tan dañino.

martes, 23 de agosto de 2011

Quiero oír tu voz

Quiero que me llames.
Sabes, sueño todo el día
que miro el teléfono y eres tú.
Que mi última llamada fue tuya.

Quiero un mensaje tuyo.
Leer tus palabras, saber de ti.
Dame alguna señal de vida,
dame un rastro de cariño.

Quiero oír tu voz.
Una señal, para saber
que no soy el único en este estado,
que, al menos, pensaste un segundo en mí.

Quiero oírte decir: hola.
O cualquier otra cosa, no importa.
Entiende, necesito suplir esta deficiencia,
que me hace perderme a cada instante.

Lo que más quiero, por encima de todo,
es no seguir así, que me mata.
No quiero este efecto, no más,
sólo quiero saber si existe alguna posibilidad.

Sé que extrañas a alguien a tu lado.
Sé parte de lo que pides,
sé parte de lo que necesitas.
Sé bien lo que nos asemeja.

Pienso que tengo mucho de eso,
pienso que te puedo dar más.
Pienso que puedo vivir con tu continua ausencia,
pienso que puedes vivir con mi lejanía.

¿Piensas? ¿Pienso?
¿Nostalgio? ¿Nostalgias?
Qué será de mí, Dios mío.
Siempre igual, siempre perdido.

lunes, 22 de agosto de 2011

Mujer de vudú Parte 2

Qué delicia, mujer, delicia.
Éxtasis puro, que no se detiene.
Mujer qué maldad la tuya.
Si no me detengo es por algo.

Deseo, simplemente deseo,
apenas desapareces, no hace más que crecer.
No tienes respuestas a mis plegarias.
Mujer qué maldad la tuya.

Pero qué delicia, mujer,
no te detengas, no, sigue así.
No me importa el perdón de nadie,
ni lo que sea de mi vida.

Qué delicia, sigue siendo tan malvada,
tan maldita, tan dañina.
Si fueras veneno, dos barriles bebería,
Qué delicia, mujer, delicia.

Mujer de vudú Parte 1

Oh mujer qué mala eres.
Mujer de vudú
Mujer de días agrestes.
Mujer del campo perdido.

Qué triste esta brisa helada,
espero que sólo borre tu mirada.
Mujer malvada, qué mala eres.
Mujer de mil rostros, de mil cambios.

Mujer que acaba con mis ritmos
Desearía ser otro, para hacerte ver.
Mujer más inteligente que yo
Malvada, maligna, cáncer emocional.


Oh mujer qué mala eres.
Mujer de vudú
Mujer de días agrestes.
Mujer del campo perdido.

Me haces pensar con ira.
No puedo con esto, eres demasiado
Yo un simple hombre, tal vez más simple aún
Mujer que engaña y atrapa.

Mujer como viuda negra,
me devoras, me consumes.
Mujer superior, por encima de mí
Mujer, quién seré.

¡Qué día más curioso!

Acepto que inició con mucho escepticismo de mi parte, puesto que mis experiencias con autoridades religiosas no han sido muy motivadoras. Sin embargo, esta vez fue distinto.
Tal vez impulsado por mis circunstancias, tal vez por mi hermano, no lo sé. Lo cierto es que me hizo bien estar listo temprano y, sin pensarlo, ya estaba iniciando el oficio.
"Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo" (Isaías 22, 19-23)
Dejé de pensar. Así es. Dentro de la iglesia hubo un momento en el que me enfoqué realmente en lo que sucedía  frente a mí, ya fuera la lectora o el cura hablando, yo prestaba atención.
"Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos". Acto seguido, los cantos. Felizmente los entoné (que he mejorado mucho en eso), al menos lo que sabía de ellos. También recuerdo una mariposa, posándose sobre la gente sin que se dieran cuenta. Y un perro, que disfrutaba de la celebración como muchos de los presentes.
No estoy dormido. Tan sólo me distraigo.
Me dedico a transcribir la segunda lectura (Romanos 11, 33-36):
"¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén".
Realmente me cuesta creer la posición de unos cuántos amigos ateos, que dicen que la Biblia la escribió gente que se drogaba. Tengo amigos que se drogan, y no se dedican a escribir cosas tan magníficas. Es decir, ni siquiera pueden escribir.
"¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". (Mateo 16, 13-20)
Mateo menciona "el Hijo de Dios vivo", a diferencia de los otros apóstoles. Esto le da una significancia especial a este pasaje de su libro, que fue el Evangelio de hoy. Menciona también "o uno de los profetas", porque la gente esperaba a un ejército, no al hijo de un carpintero. Por eso decían que Jesús era un profeta más.
Cuando me atendió el padre, sé que me costó hablar, que temí y que desconfié de mí mismo.
"¿Te quieres confesar? Sí padre".
El asunto es que necesito hallar esas cosas que no me he perdonado, o que tal vez sí, pero que no olvido. Perdonar no es necesariamente olvidar, pero lo olvidado se perdona. Esa es mi ley.
Hablé un poco de mi situación previa a la Universidad, era tan sólo un joven, no sabía mucho. Además, uno es demasiado necio para ver y aceptar, eso nadie lo negará. Si en ese momento hubiese recibido consejo alguno de mi madre, posiblemente hubiese hecho mala cara. El asunto es que lo que viví ciertamente no fue sencillo, experimenté situaciones que nadie esperaría de alguien de menos de dieciocho, incluso que nadie quiere en sus vidas en ningún momento.
Soy un ser racional, me gusta explotar esa característica. Sin embargo, lo que me pasó fue completamente irracional, obedecía a algún impulso, a mis inseguridades y a mi falta de estima propia. A fin de cuentas, me abandonaron, quedé solo. Típica dependencia. Tardé un mes en olvidarle, tal vez dos. Tardé cinco meses en perdonarme todo lo que hice en contra mía. Y todo un año en encontrar a Dios.
Más recientemente, me di cuenta que no podía continuar con el esquema de vida que creí conveniente para mí, porque no soy lo que pretendía ser en algún momento. Dije e hice cosas que no debí, pero al menos me queda la enseñanza, no quiero repetirlas más. Las circunstancias en las que desperté una buena mañana, sumado al ambiente de mi relación, me hizo recapacitar. Las cosas no pueden continuar así.
Pues, entonces, me di cuenta que es probable que no esté en los planes de Dios esta relación. En especial, porque estoy tranquilo, mi corazón ha encontrado serenidad. Me sentía mal por esto, pero ahora lo veo más claro.
Me dice el padre: "Las razones de la mente no son las del corazón. Y las razones del corazón, no las entiende la mente".
"Pídele a Dios que te enseñe el camino hacia lo que buscas, deja en sus manos la claridad que necesitas para encontrar a quien de verdad deba ser tu pareja".
"Humanos como vos quieren meter a Dios en sus mentes, en su razón. Pero si esto sucediera, te creerías Dios. Pensarías como Dios, o pensarías que eres Dios. Más bien, entra en la razón de Dios".
Entrar en la mente de Dios, en su razón. Que mi vida sea parte de sus pensamientos. Entonces me imagino dentro de su cabeza.
"Dios siempre piensa en nosotros, y nos ama a todos, siempre, a pesar de todo lo que nos pase o lo que hagamos. Es cuestión nuestra si queremos recibir su amor".
"La libertad está en la verdad. Y la verdad está en tu corazón. Las razones que dé tu corazón no las entenderá tu mente. Pero tu mente te condiciona".
"Si yo tengo un amigo, y le digo: No hables con tal persona por esto y lo otro, y me hizo este mal. Pues entonces, ya no habrá libertad, le arrebato a mi amigo la libre elección de su vida. Y si no hay libertad ¿cómo cree que haya amistad?".
Libertad. Es por esto que no debemos controlar a los demás, si obedeciéramos a este impulso mental, le quitaríamos la libertad a los demás. También restringimos la verdad de Dios.
Desearía recordar más, pero no puedo. Además, esto se está haciendo largo. Me encomendó el cura leer el Salmo 1:
"... si no que pone su amor en la ley* del Señor y en ella medita noche y día".

¡Que Dios manifieste su poder en sus vidas!
¡Que les dé la capacidad para tener libertad!
Bendiciones.

* Ley: del hebreo "torá", significa instrucción o enseñanza, muy utilizada en los primeros cinco libros de la Biblia, que se usa como palabra viva de Dios, que manifiesta su voluntad a los humanos y los conduce por el camino del bien y de la vida.

domingo, 21 de agosto de 2011

¿Puedo llamarlo así?

Nuevamente, este espacio regresa a sus andadas de diario, creo, ¿puedo llamarlo así?*

A veces pienso que mi "mejor don" es también el peor. Simplemente quiero descansar mi cabeza, dejar de pensar tanto.
Justo ahora, sé que no estoy bien. Hace unos días, unos meses, las cosas eran distintas. Sé que estaba seguro de lo que quería, sé que estaba viviendo mi propio sueño, "Sueño Americano" -aunque detesto usar esa frase, pero es producto de la programación televisiva de hoy-.
Bien, por querer encontrar la orilla segura, el fin de todo esto, lo que se supone que soy, he caído en una profunda nada. El conjunto vació... eso creí, pero en este instante me doy cuenta que sí existe un elemento, la confusión por querer saber qué carajos me pasa y qué carajos hay de malo. ¿Qué carajos me pasa? ¿Qué hay de malo conmigo? (Entiéndase que no he estado así antes, que yo recuerde).
No es nadie, soy yo. Nadie produjo esto, sólo yo. Yo y mi necedad, de esa manera puedo describirla, necedad. Maldita sea.
Afortunadamente he encontrado a alguien con quién compartir ciertas similitudes de esta vida extraña: Ver televisión tarde porque no tengo sueño, reírme de lo patéticos que son los programas, estar sólo, yo y mi cabeza, pensando en lo estúpidos que son los personajes (y a veces los actores, como todo humano creo), viendo la decadencia humana personificada por decadentes humanos. De repente me sorprendo pensando lo mismo que va a decir el artista... De repente no soy nada. Sólo un humano solitario viendo programas patéticos y riendo de lo malo que son... Como cualquier otro.
¿Qué me consuela? Saber que no soy único, que hay alguien más viendo televisión mala. Y que puedo descargar todo esto aquí. Esto último suena bien cliché, pero la verdad funciona bastante. Al menos desocupo la memoria temporal de mi cabeza, para guardar nuevos estados intermedios de mis pensamientos.
¿Qué sucedería si no pudiera escribir? Buscaría alguna otra manera de descargar. Grabarme o algo por el estilo. Pero esto se escapa de esta historia.
Busco a Dios. Sí, lo busco. Y lo encuentro. Sé que hace unos años no habría dicho esto, lo sé muy bien, incluso deseo no recordarlo tan vivamente, pero es de esas cosas que no me dejan. Busco a Dios, como decía, y lo encuentro. Sin embargo, no me alejo de esas "malas compañías" que no lo buscan o no lo encuentran, porque con ellas siento que me acerco más a él, al encontrar las respuestas que ellos no ven, o no quieren ver. Además, no se lo tomen a mal, es difícil encontrar alguien con una mente tan impaciente y que crea en Dios. A veces me cuesta hablar con las personas muy convencidas, porque no le aportan nada concreto a mi vida. Suena terriblemente egocéntrico y prepotente, pero así me ha sucedido. Le pido a Dios encontrar a alguien que de verdad me encauce y que sea interesante, o al menos, le pido que cambie mi forma de ser. Y no hablo de una pareja, en estos días me di cuenta que las cosas no son únicamente así y que quien me quiera debe soportarme. Eso no es justo, en lo absoluto.
De repente soy bueno, pero tampoco quiero ser tan bueno. No soy malo, pero tampoco quiero ser no malo todo el tiempo. Es difícil ¿Soy bipolar? Bueno, tengo un amigo que lo es, no estaría solo.
¿Hace cuánto el miedo a la soledad se volvió importante? Recuerdo que la última vez que me encontraba cómodo en la soledad, decidí romperla. Y nuevamente estoy tratando de acomodarme a ella, porque ella no se acomoda a uno, eso es una estupidez, ella existe siempre ahí. No es celosa, no se resiente, no te busca. Sólo espera que la recibas. Es una excelente persona ¿La personifico? Puede ser, pero no, si la soledad fuera persona, sería una maldita perra. Y no lo es.
Por lo demás, estoy bien. Gracias a Dios mi vida ha estado muy bien, las cosas han salido estupendas y me siento muy feliz de conocer gente, de todo tipo, incluso gente muy lista (más que yo, por supuesto), gente con la que puedo hablar con toda confianza porque me entienden.
Estaré muy bien. Lo sé.

Dios nos ama, aunque no queramos aceptarlo.
Que Él nos llene de sus bendiciones.

*Siempre ha sido un diario, pero con distintas formas.

domingo, 14 de agosto de 2011

Perdón

¿Por qué perdonas?

Por que sé que lo que tuve, tengo y tendré, valió la pena.

No es perfección

Ven alma perdonada
sujeta a tu vida.
Amarrada por el viento, por el sol,
por el agua fresca, por las bendiciones del mundo.

Ven alma inmaculada,
contagiada de la la risa, del gozo,
llena de cantos dulces de mujer,
animada por el mundo y por al amor que hay en todo.

Ven querida compañera,
presa del dominio de la bondad,
querida amiga mía que no conoce odio alguno,
templo de paciencia y de perdón.

Ven aquí, junto a mí hay espacio.
Déjame sentirme cómodo por una vez,
con toda mi miseria y desgracia,
ven junto a mí, yo sé lo que hago muy bien.

Por una vez, déjame...

Que estaré en frente tuyo, riendo como loco,
que poco me falta para la locura.
Porque sé que hay una cosa que no tienes,
sé que te falta y lloras y mueres por eso.

¡La delicia! ¡Sí, la delicia!
¡La delicia de la desgracia!
¡El sabor de hacer mal, mal y mal,!
¡El sabor de que te hagan mal!
¡El sabor de ver el mal!
De oler el mal, ¡Dios mío, su aroma!
¡Las ganas del mal, la pasión del mal!
Llámalo como quieras
Pero de vez en cuando sé
que quieres desgraciarte en esta vida,
como cualquier humano hace.
Como todos nosotros, ¡estúpidos y simples mortales!