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miércoles, 24 de agosto de 2011

Y la lluvia seguía, vertical. Yo, abrigado, conmigo mismo. Deseando...

Hoy caía una lluvia muy interesante, plácida, serena, vertical. Sabes, las cosas estaban nostálgicas, pero estaban bien. No me recordaban a nadie, o tal vez sí, pero nadie que no quisiera recordar.
Creo que pensé en otra persona, creo que esperaba sus llamadas, sus mensajes... yo que sé, me pone nervioso. Sin embargo, eso no detuvo la lluvia. Tampoco detuvo la quietud. Ni me detuvo a mi.
Fresco viento, sensación en la piel, abrigo tibio, un café. En esos momentos no necesitaba más. Pensaba en Pedro, el amigo de Jesús, que se fue por el mundo ¿a qué? No lo sé, eso investigo.
Pensaba en la música: "Toda la vida tiene música hoy". No es muy pronto. ¿Para qué? Ya sabes. No lo sé.
Incertidumbre, no te dejaré pasar, no ahora. La lluvia es vertical, lenta, fina, y me moja las ganas de llorar... mejor el frío, que puedo abrigarme, no así sofocarme en el miedo.
Pensé otra vez.
"Toda la vida tiene música hoy
y cada tonta cosa es música 
del sol de la tarde"
Dios mío. Cada tontería tiene música. No me apena tanto... ¿romanticismo por la vida? No me interesa.
Pensaba. Llegué hasta ella, no lo pude evitar... no quería. Soñé. Ilusioné. Casi que besé. Pero no, ya sabés cómo son estas cosas, aunque ficticia, que dure toda la eternidad... toda la eternidad de una gota de lluvia. Vertical.
Cuánto deseaba un mensaje. "se canceló la salida de mañana". Yo que sé. Lo que fuera.
"y tu respuesta tiene música
del sol... aunque calles"

Y la lluvia seguía, vertical. Yo, abrigado, conmigo mismo. Deseando...




(Tiene partes de la canción "Toda la vida tiene música hoy" de Spinetta)

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