Buscar en este blog

lunes, 14 de agosto de 2017

Corto #1

Es que vi la Luna,
Y sólo pude pensar en tus ojos

jueves, 10 de agosto de 2017

Nacimos para ser amor

Nacimos para ser amor, a partir de un acto destinado para lo mismo.
Y nos lanzamos a la vida, con la fe como única pertenencia, hacia una carrera que nunca acaba.
De niños sólo el amor es capaz de guiarnos, cuando somos puro instinto. Y el amor nos enseña a hablar, y a ser, y a valernos por nosotros mismos. Y es el amor, o la falta del mismo, el que nos forja lo que llegaremos a ser de adultos.
Y nos movemos, conforme crecemos, para recibir y dar por igual, el amor que nos toca, el amor que nos falta, y el amor que nos sobra.
Una vez como adulto, descubres la amarga realidad, que el amor a veces no se tiene, o se creía tener y no era más que un espejismo de la necesidad. Y es entonces cuando de nosotros depende meramente el decidir, si nos transformamos en amor también, o si seguimos una cadena de odio y desamor.
Y esto es lo único que nos conduce, es lo único que nos hace inmortales. El amor en todas sus formas, no sólo aquel romántico e idealista, sino también el que corrige, el que moldea, el que sufre y hace llorar, todo amor, todo darse, hasta el último aliento, hasta el último instante del último pensamiento.
Volvemos de donde vinimos, al amor. Nacimos del amor y volvemos a él, en un último abrazo, en un último acto de dejarte ir, porque te amamos.
Sólo somos, nada más ni nada menos, parte de un gran y eterno Amén.