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lunes, 29 de marzo de 2010

Sobrenatural

Sobrenatural.

Es un milagro, acariciar tu piel,
mirarte a los ojos y saber
que tu sonrisa llega más lejos
que dos palabras, que todas las palabras,
que la humanidad pueda conocer

Es maravilloso, sentir mis dedos 
recorriendo tu cabello,
mirarte a los ojos y saber
que lo que en sueños existía es más que real, 
que poseo más de lo que cualquiera pudiera tener

Es sobrenatural, esto sí lo es,
No se trata de una mujer imposible,
pero sí de una que hace todo increíble,
y me lleva más allá

No sé cómo explicar, el milagro de tus besos,
tenerte cerca y saber,
cuando siento tu aliento,
se aproxima el magnífico suceso de conocer,
tus penas, tu dicha y todo tu amor

No sé cómo explicar, la dicha de tus manos,
tenerte cerca y saber,
cuando admiro la pequeñez de un gesto,
se aproxima la calidez de tu cuerpo
y cuento con tu confianza y tu respeto

Es sobrenatural, esto sí lo es,
No se trata de una mujer que no existe,
pero sí de una que quiero conocer,
y que cada día sé que nunca voy a terminar

Sobrenatural,
No se trata de una mujer imposible,
pero sí de una que hace todo increíble,
y me lleva más allá, de lo que pueda imaginar

Tu risa será mi canción,
tus palabras, la energía de este motor.
No necesito más convicción,
que la que siento con tu calor

Sé que nunca dejaré este estado,
de quererte siempre a mi lado.
Toda mi vida y mi entrega
será para hacer tu felicidad eterna

Es sobrenatural, esto sí lo es,
No se trata de desear lo irreal,
pero sí de vivir lo que se tiene,
y que cada día no hace más que mejorar

Sobrenatural,
No se trata de una mujer imposible,
pero sí de una que hace todo increíble,
y que convierte en realidad, todo lo que pueda soñar

sábado, 20 de marzo de 2010

La carta del adiós

Esta es una pequeña canción inspirada en una grave situación que ha atravesado una amiga.


Lo siento, me voy.
No soporto más este encierro,
entre mentiras y la farsa
de la seguridad de este hogar.

No quiero irrespetar
tu privacidad ni tu vida.
No quiero que llegues tan lejos
sólo por desconfiar de mi.

Y cuando leas esta carta,
estaré tan lejos que ni siquiera
tus recuerdos me puedan
alcanzar ni atrapar.

No tengo a dónde ir,
no tengo suficiente dinero.
Pero prefiero navegar a mi suerte
que insistir en esta pesadilla.

Llámame idealista pueril,
pero si no puedo ser feliz,
prefiero seguir bajo un riesgo
que me haga vivir.

Y cuando leas esta carta,
estaré tan lejos de ti,
que ni siquiera tus palabras
podrán mencionar mi nombre.

Quiero que entiendas que ya no quiero
arrastrar este yugo y sentir
que cada movimiento que haga
te hará infeliz, por mí.

No sé cómo llegaré al final,
ni siquiera si existe uno.
No sé dónde la noche pasar,
siquiera si sobreviviré.

Pero ya no puedo más,
soportar, tu culpabilidad.
Soy yo quien decide qué hacer,
adiós, nunca me volverás a ver.

Y cuando leas esta carta,
estaré tan lejos de aquí,
que ni aunque me persigas,
me lograrás encontrar.

¿Y a dónde vas a ir?
Tras de mí.
¿Y a dónde vas a ir?
Tras de mí.

Quiero que entiendas que ya no quiero
arrastrar este yugo y sentir
que cada movimiento que haga
te hará infeliz, por mí.

jueves, 18 de marzo de 2010

Hoy

Hoy... creo en Dios.
Hoy soy el mejor hombre del mundo.
El Sol me habló, me levantó.
El viento me acurrucó y me llevó.

Hoy el amor me dijo que sí.
Ella es dichosa junto a mí.
Y, no es no sienta lo mismo,
sino que más dichoso soy.

Hoy ella sonrió, mi miró a los ojos.
Me habló al oído, me besó.
Su pequeña mano tomo la mía,
y a lo que le pregunté, un sí respondió.

Hoy soy el más guapo,
el único, el mejor.
Pero a todo ello sólo tengo una respuesta:
Sólo con ella soy todo lo que soy.

Ayer

Estoy tratando de cambiar,
rediseñar mi persona, jugar al arquitecto.
En el pasado cometí muchos errores,
espero ser nuevo para no caer en lo mismo.

Está sucediendo, ya mismo, ahora.
Quiero remontar el vuelo
y dejar podrirse mis raíces en la tierra.
Quiero vivir esto.

No sé cómo, pero lo lograré,
ganarme tu tesoro y ponerlo junto al mío.
Porque una vez que le hablas al corazón,
no hay manera que de deje de poner atención.

Antes del ayer

Toda mi vida he perseguido sueños,
y cada uno de ellos se han convertido en una prueba.
Aún así todas las he soportado,
a pesar de que casi hayan destruido mi mente.

Todas mis fallas las he aprendido,
y todas ellas han quedado desnudas:
la locura, el orgullo, la desconfianza
y pensar que nunca más volvería a amar.

Espero que entiendas estas palabras,
pues no es fácil conseguir plasmarlas.
¿Cómo descansar cuando la mente
ni un segundo deja de trabajar?

Incluso en mis sueños estoy corriendo,
me persiguen como depredadores de mi alma.
¿Cómo luchar contra los sentimientos,
cuando estos comparten el mismo espacio del pensamiento?

Sé que este ardor no lo puedo controlar.
Sé que el dolor me ayudará a crecer.
Pero no por mucho lo puedo soportar.
Sólo tu imagen, me puede dar paz.

Ya estuve en esos días, con calor y color,
ya conozco el inicio y el fin del "amor".
Pero el camino está cargado de incertidumbre,
y sólo mi voluntad podrá darme valor.

Ella es mi momento,
que nunca pienso tocar.
Una estrella lejana,
que nunca pienso alcanzar.

¿Cómo desaparecer todo lo que se interpone?
Por más que lo deseo una duda sobreviene:
¿Es esto un lazo inquebrantable,
o es sólo otro tiempo que a como viene, se va?

Sólo el Más Grande sabrá lo que viene.
Lo único que sé es que espero ver el Sol,
y que sus rayos señalen: te conviene o no.
Deseo lo primero, pero este fuego me hace pensar lo peor.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Si crees que eres afortunada...

En ella veo realizado el milagro del amor que siempre soñé.
Siempre miraba al cielo e imaginaba que algún día encontraría a alguien que me hiciera sentir más cerca de las estrellas. Cuando la tarde pinta las nubes con carmín, naranja y rosa, miraba el ocaso y soñaba con compartir con alguien ese magnífico evento, y sentir que todo estaba bien.
Y sentir que todo estaba bien. Más allá de los problemas, las discusiones, las diferencias... más bien, mirarla a los ojos y admirar la inmensidad y complejidad que hay dentro de ella, y eso me haría amarla más, amaría cada expresión, cada palabra, cada enojo, cada risa, cada lágrima... amaría todo.
La amaría. Por que sabía que esa persona no me impondría un amor, no me diría qué es amar, cómo hacerlo... esa persona respetaría mi forma de sentir, juntos construiríamos un sentimiento, no nos entregaríamos a los productos enlatados que ofrece este mundo. Sabía que algún día hallaría con quien compartir angustias, temores, pasiones, pensamientos... y que estaría dispuesto a escuchar, escuchar y escuchar, porque sabía que aprendería más, y con cada cosa aprendida, el amor no haría más que crecer.

Siempre miraba al cielo, añorando el momento de conocer a esa persona, que sería mágico, inesperado...

Y así precisamente es. Ya la conozco. Y se llama Alejandra.

lunes, 8 de marzo de 2010

A ell@s

No fue fácil cuando se fue. Por mucho tiempo quedó la imagen de aquel autobús, la sensación del viento frío y nadie cerca para cobijarlo, además del fino rastro que dejó la primera lágrima. En esos momentos, todas las canciones melancólicas suenan, las peores frases se vienen a la mente... y apenas es un trozo de lo que traerán los días venideros, los recuerdos, las horas, los pensamientos.
Es como si se abriera la tierra, ve el abismo bajo sus pies y sabe que muere, que caerá y morirá. Pero algún sádico súbdito del mal lo sostiene de la camisa y juega con él, disfrutando de su dolor y desesperación, porque sabe que corre peligro y que no puede correr hacia ninguna parte.

A veces sucede que las personas pasan mucho tiempo bajo la sombra del miedo, temen volver a encontrarse con la luz del Sol y se esconden de las manos que quieren acercarlos al calor. Pasa mucho tiempo y no se dan cuenta del daño que se hacen al temerle a la vida, al esconderse y huir.

Sin embargo, por fin aparece alguien que sabe cómo llegar hasta la entrada de su corazón y llamar de la manera correcta: suave, con ternura, para no asustar. Es entonces cuando las personas abren sus puertas al cariño, al amor, a una nueva vida, y encuentran de nuevo la manera de vivir felices, de dar y recibir, de salir de nuevo a la luz.
Es cierto, muchas veces se entregan todos los sentimientos, se pone toda la fe en una persona, inclusive se ama, pero al final todo el esfuerzo se lo lleva alguien más, la rutina, el odio, la soledad... Hay quienes temen por mucho tiempo, pierden la confianza y se confinan a desconfiar de todo y de todos. Todas las personas pasan por momentos difíciles, no soy el único, ni usted lector, en realidad somos muchos, toda la humanidad si se quiere.
Al final de cuentas, lo que hace la diferencia, lo que permite levantarnos, es volver a creer, a amar. Es quedarse los lunes al Sol y recibir en el rostro sus tibios rayos, es mirar la lluvia y dejarse llevar por los pensamientos, es tomar una mano y descubrir que está tibia y nos puede calentar, es aprender el sabor de unos labios, es llegar a casa y todavía tener el aroma de la otra persona,  es soñar con lo que será de la vida junto a ella o él, es despertar y ver en el teléfono un mensaje de "ese" alguien, es compartir el amor, es estar juntos y saber que hoy no pasará nada malo, que hoy seremos felices, que no habrá dolor. De verdad, es hacer un sueño realidad.

Yo tuve el mismo miedo que todos ustedes, mis amigos, pero ahora necesito que confíen en mí. Hace mucho tiempo que dejé de sufrir, y pasó mucho más tiempo aún antes de conocer a alguien que me hiciera creer y amar de nuevo. No le haría daño a la persona que me devolvió esa felicidad y todo lo que había perdido, y sé que esa persona tampoco me hará daño, porque compartimos la dicha de estar juntos y, en especial, porque sufrió, al igual que yo, que ustedes y que todos.
No quiero un mal criterio, no quiero sus miedos, no quiero sus percepciones, no quiero malos recuerdos. Quiero su apoyo, su amistad, ahora en las buenas y, si sucediera, en las malas.

No estaría nada mal si hicieran un esfuerzo.

jueves, 4 de marzo de 2010

¿Qué decirte?

Pienso qué decirte,
pero sé que ninguna palabra basta.
Para decirte, al oído,
cuánto te quiero, cuánto te amo.

Cuando estás cerca, me siento tranquilo,
estoy completo, nada necesito.
Todo es más claro, más fresco,
siento que de nuevo vivo.

Llámalo cariño, llámalo amor,
no me importa, no necesita nombre.
Lo que siento estará vivo, por mucho tiempo,
y cada día sé que es mejor.

Poco a poco, cada día, me doy cuenta que es la mujer que siempre he soñado, la que siempre busqué, la que ya pensaba que nunca iba a encontrar. La vida me sorprendió: sin saberlo, resulta que hay alguien que me quiere como soy, y que estoy dispuesto a amar.
Me gusta cuando la vida me sorprende, porque sé que de esos eventos voy a aprender mucho más de los que ya sabía que sucederían. ¡Y vaya que voy a aprender de ella! En especial, aprenderé a amar.
A amar, no con los ojos, no con el cuerpo, no con el dinero, porque resulta que eso no puede ser amor, es inconcebible. Sino ese amor con el que siempre he soñado, que va más allá de lo que puedes ver, sentir o tocar, que sabes que está ahí para acurrucarte, pero que siempre te sorprenderá con su nuevo cariño, ¡todos los días!
Amor humano, en donde se entiende a la persona, se aprende todos los días y con cada detalle aprendido, se ama más.

Pienso todo esto, mujer, y no sé cómo decirte. Porque ni estas palabras bastan.