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sábado, 26 de noviembre de 2011

La única certeza que tengo

La única certeza que tengo
es que te irás.
Con tus caricias,
tus tardes,
tu repentina tristeza,
tus momentos de alegría.
Tu cara, tus manos.
Tu indiferencia,
tus sentimientos escondidos.

Porque nada de eso fue mío.
Sólo estuve ahí, solo.
Y con tu presencia,
llegaron las puestas de Sol,
las Estrellas y la Luna
con un nuevo color.

¿Ahora qué le diré a ellas?
A nuestras amigas del cielo.
"Ella se me va, no sé
qué será de sus días".

"Ella se me va,
qué quieren que les diga.
Hice cuanto pude
por volar a su lado.
Pero ella decidió
que no podía, que lo
haría sola".

"¿Me equivoqué, acaso,
al dejarla ir?
¿Debí insistir,
aunque el corazón
se doliera?"

¿Qué quieres que les diga,
a nuestras amigas del cielo,
ahora que me tocará verlas
sin tu compañía?

La única certeza que tengo
es que te vas.
El miedo me acorrala
con ideas sin sentido.
Podría intentar alguna treta
pero podría asustarte con ella.

Hallarás a alguien,
joven y bella eres,
y la vida es especialista
en voltear las cosas.

Hallarás a alguien digo,
mejor que yo, tal vez
sólo distinto.
Pero que pueda
lo que a mí se me
tiene prohibido.

Y si juego yo al orgullo,
seré yo quien encuentre alguien,
tal vez mejor, tal vez distinta.
Y tú decidirás volver.
Y tú verás que es tarde.

La única certeza que tengo
es que te me vas.
No me darás señal alguna.
Saber si intento levantar vuelo
o quedarme aquí viendo
cómo te escapas lejos.

Quererte pude,
pero es prohibido dicen,
en esta vida.
Olvidarte acaso,
tal vez no en esta vida.
Tal vez nunca pueda.

martes, 22 de noviembre de 2011

Es el otro

¿Qué sucede cuando
el invierno parece infinito?
No encuentra fuerzas para levantarse,
no sabe dónde hallar reposo.

Cansado.
Pregunta por ti y nada.
Cansado.
Entonces pregunta por él y nada.

Decide olvidar el dolor.
El problema es que entonces no recuerda nada.
Decide amar.
El problema es que no confía en nadie.

Deja atrás al niño.
Hace días que viene así.
Pero llora. No comprende.
Tal vez sólo se odia.

Llegan pesados los días.
Es el otro quien habla cuando está sólo.
¡Cuánto tiempo lleva huyendo!
Porque con la compañía se calla.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cuenta regresiva


Aún llueve aquí, noche tras noche.
Ya ni la Luna quiere mojarse.
La paz y la dicha caminan lentas.
Pero la esperanza, que a todo le da vida,
hace que no pierda las ganas de verlas de nuevo,
como quien ansía recibir los rayos del Sol.



Una extraña paz que se apodera de mi entorno.
Cada día sueño con irme a un lugar silencioso.
Ver las estrellas que no me hablarán de nadie.
Y ojalá el mar, como cuartada, para que su ritmo
llene el silencio cada vez más profundo de mi voz.



Las horas se estiran y bostezan,
largas, como quien no quiere la cosa.
El tiempo se ha vuelto silencioso,
eso sí, ya no grita como antes.


Aquí llueve día y noche.
El cielo se rompe sobre las calles
y no se ve más que gris lejanía.

Grises montañas.
Grises techos.

¿Cuándo terminará esto?

lunes, 14 de noviembre de 2011

No me pidas que sea tu amigo

Las cortinas se corren lentamente,
las estrellas se lucirán pronto.
Yo posiblemente trate de mirarlas,
tal vez me digne, tal vez no.
Ellas tienen más orgullo que yo,
que posiblemente llore al verlas.

Otro poema escrito.
Otra lágrima más.
¿No bastó verme destruido frente a ti?
De tu boca no salió nunca un sentimiento.
La gente, a medida que camina sobre la vida,
espera ver un horizonte.
Yo no vislumbraba nada, pero luchaba por divisar
aunque fuera un trozo de isla. Pasaron los días
y nunca encontré nada, Terminé ahogándome en el mar,
de la duda y de mi propio llanto.

¿Cuántas veces te lloré? Muchas, mujer.
Muchas noches, algunos días.
Me robaste la calma, me jodiste.
Yo que traté de ser el mejor para ti,
tú que resultaste ser muy dañina.

No.
No me pidas que sea tu amigo.
Porque ahora todo tiene un sentido distinto.
La Luna ya no sólo es Luna,
ahora es Luna que me recuerda a ti.
Las Estrellas no sólo serán Estrellas,
serán destellos que también te miran a ti.
La Noche, mi confidente, me traiciona al
recordarme tus secretos.
El Crepúsculo, que antes me acercaba a tu presencia,
es más bien ahora testigo de este fin.

No me pidas que sea tu amigo.
Soy de los que entregan todo
y esperan que todo se reciba.
Pero por dar todo de mí,
también mi corazón tiene profundas heridas.
¡Entiende que compartí todo lo que creí sagrado!
¡Entienda que no sabía que existía alguien así!

No me pida que sea su amigo.
Porque ahora me toca estar bien conmigo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Viejas conocidas

Viejas conocidas, malditas emociones
¡Ya no las quiero! Me miento, sí las quiero querer

La distancia, no me importa.
Lo que me mata es la lejanía de tu corazón.

Nunca me importó no tenerte cerca a diario.
Nunca me importó que te marcharas pronto.

Sólo quería escuchar una frase distinta,
de vez en cuando, diferente del "no puedo" y del "adiós".

Te quiero, así como eres, así como sea.
Pero tú no quieres que yo te quiera.

¿Tendré oportunidad? ¿La gente nos dará tregua?
Porque si es una guerra, siento que quien pierde soy yo.

Nunca me importó esconderme, por las tardes.
Nunca me importó, nunca. Sólo quería darte mi corazón.