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domingo, 8 de agosto de 2010

Estaba pensando...

Pensaba tanto, tanto, tonto,
en el tono sepia del Sol.
En la Madre Tierra, en la lluvia,
en la nieve que quiero ver.

Tanto en el día como en la noche,
en el frío de la oscuridad,
en niños torcidos por el frío
y en ancianos viajando lejos en soledad.

Viajo por constelaciones que no existen,
en ritmos nuevos y nuevas letras.
Sueño con que escribo lo que no digo,
y si digo siempre lo que no soy.

Pensé tanto tanto, tonto, tanto,
que me olvidé de pensar en ti, en tu sonrisa
en tu carmín, en la cosquilla de tus labios,
en decirte quedito, arrullador, cuánto he pensado que te extraño.

Quería gritarle al viento que dejara de ser viento,
que dejara de robarse el aliento de los niños en la playa,
que no arrancara más techos de las casas, que no trajera nubes.
Deseaba tanto decirle que dejara de ser lo que es. Así como los humanos.

Quería llorar con las madres de hijos muertos,
quería viajar por toda latinoamérica
para echar uno a uno a los gringos a los tiburones.
Quería cambiar al mundo, al universo, dejar de ser tan pendejo.

No quería callarme otra vez, decir las verdades.
Ser poesía, ser lo que nunca supe ser, por miedo, por vergüenza, por algún complejo.
No quería esconderme bajo alguna tonta excusa para no vivir.
Es que pasé tanto tiempo escondido bajo las faldas del falso amor.

Pensé tanto, tanto tonto, tanto
Que me olvidé que había pensado en que extraño el sonido de tu voz.
Que quiero que me cantes al oído la música de tu poesía
cuando sabes que no puede caber más amor.

Pienso tanto todos los días, me duele ver el sufrimiento,
me da ira ver la impotencia. Pero nada de eso se compara con lo que haría
por estar contigo fuera de este mundo, lejos, en alguna estrella y compartir en soledad
lo que siempre sueño con darte. Porque tal vez pienso mucho y todo el mundo quiere
arrancarme los sueños, pero no pueden, ni siquiera yo podría, dejar de sentir lo que
siento por ti, dejar esta ilusión atrás, todas las noches rezo para que Dios nos una
para siempre, como sea, y compartir toda mi vida a tu lado.

sábado, 7 de agosto de 2010

¿Y tú qué has hecho para dar esa opinión?

Deja tus comentarios para luego, mejor guárdatelos, maldito bocón. Me criticas porque dices que no hago nada ¿Y tú qué has hecho para dar esa opinión?

En esta tierra han luchado muchos, demasiados, por vivir un "sueño americano", cargado de industria, de plata, de ideas capitalistas, para llenarse los bolsillos de billetes, para asegurarse comida tes veces al día, para dejarle a sus familias toda su fortuna, para podrirse en la tierra cuando mueran y dejar al país peor que cuando habían nacido, para llenarnos por la tele con ideas de "pura vida, tranquilo, no haga guerra", para quejarse de la manera  que el pueblo opina, para llenar al país de mierda, porque eso es lo que quieren, que al final nos den eso en lugar de comida.

Siempre, siempre, más de cuatro millones de veces siempre, llega el tipo, dice revolución, lo convierten en ídolo, en icono, en señal de peligro, en presidente, en político, en ladrón y al final se "gasta la plata en confites". Lo investigan, lo dejan libre, se muere y al carajo con toda la gente que burló, con toda la nación. Y nos dejamos.

Yo escribo, yo le hablo a mis amigos, si hay oportunidad me tiro a la calle, les grito, si tuviera más hago más. ¿Me quieren pegar? Vengan, el dolor se me quita, un par de punzadas y otra vez, gritando más duro, hablando más, escritos más largos y más directos, con nombres y apellidos. ¿Me quieren matar? Vengan, tengo una camisa con una diana de tiro al blanco dibujada, ¡apunten bien para ganarse un 100!

Así es en todo el mundo, así hay carajos que roban, más ladrones que policías, ¡y así hay cabrones como yo que NO se dejan que los jodan!

jueves, 5 de agosto de 2010

Bacteria social

No sé qué me pasa
hace días vengo con esta trama
Mi cabeza está como podrida,
como infectada por un mosquito
Con una infección verde
como billete gringo.
Si me golpeo la oreja izquierda
salen gusanos por la derecha.
No es basura vulgar lo que pienso
yo a la mujeres mucho las respeto.
No sean cochinos, dejen esa mentalidad
no es que juegue de mucha moral
Siento que me dio una enfermedad
por gritar a los estúpidos de la "alta sociedad"

De los que juegan
que con un TV de 42 intimidan a cualquiera
Pero la refri lleva días apagada
porque lo que quedaba era migajas pa' las ratas.
Sí, usted, el que ahorró una década
para gastarla en un teléfono de tercera
Tenés cámara, Internet, aplicaciones para descargar
un link al facebook y otro pa tu novio
Y tus carajillos hace una semana
no tienen plata para la escuela.
Mi infección me hace pensar qué escribo luego
para darle duro a ese aterro de pendejos
Me enferma, me da risa y mucha mucha
pena ajena

Tenés tele, computadora cara,
teléfono de pippi y cámara de alta
Pero no tenés plata para el cable, ni el internet,
ni las pilas ni la memoria
Ves, es que sos estúpido,
la poca inteligencia  te la lavó la agencia.
La agencia de viajes, te fuiste a París
a comer sánguche de pan, con un toque pan,
en medio pan y sazonado con pan.
Eres tan mediocre, que hasta tu madre dejó de mantenerte.

No no, prefiero mi malestar,
que estar plagado con esa enfermedad
No estudio, ni trabajo, ni me parto el alma
para estar mendigando basura "Made in China"
Prefiero mi tuberculosis, mi bacteria,
que me dice cuidado con la comida congelada,
Mientras siga escribiendo de todo lo que veo,
sé que por lo menos Dios velará por donde voy.

miércoles, 4 de agosto de 2010

"Espijesmos"

A qué le tienes miedo
Si caminas conmigo,
será sobre el fuego
Y sin posibilidad de volver

No soy de los que se
gastan la vida gritando
y en el momento de la
verdad salen volando

Si ves en la oscuridad
siempre hay luces
que te dirán dónde
no poner los pies

una vez creí que tenía mil amigos
pero pronto me di cuenta
que entre tanta mano
hay más de uno intenta darte un tiro

Puedo correr sin mirar atrás
porque en medio del espejo veo la inmensidad
Inmensidad que nos cubre, nos llama y nos traiciona
La misma que hace que odies y que olvides

A esta enemiga unos
le llaman necedad,
pero la vieja escuela
le dice mediocridad

Voy recolectando fragmentos
del espejo del tiempo
Una vez se rompió y me envolvió
con su asfixiante irrealidad.

Esto no es lo que pienso
esto no es estar vivo
Primero muerto
antes de caer en este abismo.

lunes, 2 de agosto de 2010

País chiste

Que nos acompañe Dios,
cuando no haya ni para el arroz.
La gente piensa que todo se mueve por la buenas
y lo que olvida es cómo murió Centroamérica.
Sí claro, en mi país se creen buenos
Se creen de plata, muy limpios y sinceros
Pero la hipocresía es tanta,
que no pueden aceptar críticas de afuera.
Una vez creí que podía cambiar,
mover a la gente y hacerlos pensar.
Pero de repente me vi sólo, caminando
con un par de amigos al lado.
Y el resto de la gente creyéndonos locos.
Me eché al hombro mi propia culpa,
acepté que el país desaparecía.
Pero no puedo concebir cómo
por unos dolares más,
se desaparece la justicia, los niños y el pan.
Para qué tanta cosa, tanto premio y palabrería
si en el fondo todo es la misma porquería.
Hay balas en la capital, balas en la pampa,
plomo en el puerto y en la montaña.
Lo más grave, tal vez, es que la policía la mantengo
y ellos sin mover un puto dedo.
Pero en la tele tú ves al político y al cura,
dándose la mano y firmando tratados.
Por un lado te dicen todo está claro,
y por el otro, mejor quédate callado.
Que no es asunto nuestro, que al Señor se le reza.
Pero con cuál fe llega la gente a la iglesia.
Después de jornadas de espalda partida,
llegás al chante para la vieja rutina:
Muertos en la provincia, en tu cantón, en tu barrio,
asambleas sin quórum por falta de sobornos.
Una subida en el precio de la leche,
una bajada para los pobres que estudian.
Después de tanta violencia vulgar,
cómo no ser otro de esos que matan por un plato de comida.

Pero claro, todo es un chiste.
Somos especialistas en el humor más fino.
Cuando maten a tu madre, tu hermano y tus hijos
o atropellen a tu esposa o marido.
Ya sabés bien, ríete como idiota, como estúpido.
Porque nadie se hará cargo de tus asuntos.

Pero todo está bien, bien, en el país de quién sabe quién.
Todo está bien, muy bien, en el país de quién sabe con quién.