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viernes, 27 de septiembre de 2013

Hoy abrí la ventana

Hoy abrí la ventana.
El aire entró caliente y me quemó la cara.
Olía a aceite, olía a pintura, olía a tierra seca.

Hoy abrí la ventana, después de días de cerrada.
La mañana me arrancó lo ojos sin piedad.
Era la mano de la indiferencia caminando por la calle.

Hoy abrí la ventana, llevaba años cerrada.
Le pedí a Dios, no escuchó mi plegaria.
Le pedí limosna a la gente, no escucharon mi plegaria.

Hoy alguien abrió la ventana por mí, yo ya no podía.
No había aire que quemara, no había por qué ser indiferente.
Ni Dios, ni manos, ni limosna, ni gente.