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jueves, 17 de diciembre de 2009

Libertad Total

Escondidos y camuflados, los paisajes eternos de los caminos a la libertad total: sueño de muchos, realidad de pocos.
¿Libertad total? La libertad se ha fraccionado, como todo en este mundo, dependiendo de la aplicación que la vanidad y el egoísmo quiera darle. Se condiciona la acción del ser libre por los intereses individuales.
En mi país, como en muchos, la libertad se limita a no tenenr un poder militar, a decir lo que se quiere y a cambiar de mandato cada periodo. Nada más. No se vive con la tranquilidad de saber que los actos de los demás están limitados por su propia conciencia sobre los derechos comunes.
Entonces, cuando una persona decide vivir los parajes de la libertad, sin política, sin religión, sin ataduras que condicionen su mente, saltan sobre ella los buitres opresores que la condenan a la cárcel de la dependencia del sistema. Porque dejar que un individuo sea es peligroso, pone en riesgo a la familia, al trabajo, a Dios, al Estado y al universo entero; eso dice el opresor.
Es así como se llega al sueño de ser libre: encerrados en nosotros mismos, pensando en lo que no se tiene y dejando ir el presente. Sólo muy pocos logran abandonar esta vida y sonríen ante la luz de la real libertad total.
Y no son conscientes de ello.

jueves, 10 de diciembre de 2009

No importa lo que digas, no es justo

Nosotros somos hombres
hechos de cariño y bondad.
No somos de puro músculo
menos de cheques ni billetes.

Les dimos cuanto pudimos.
Además, no faltó amor,
libertad, paciencia, cariño.
¿Qué más querían?

Somos hombres
hechos de romance y calor
Cargados de sueños de castillos
y hacíamos de una mujer la única reina.

Les dimos flores sinceras,
pero las dejaron marchitar.
¡Qué suerte la de los castillos de cristal!
El mínimo temblor los acaba.

Más que nuestras, éramos suyos.
¿Qué sucedió, en qué instante?
¡Por una vez que no miramos
el sueño se nos escapó!

¡Qué suerte corren los hombres
hechos de cariño y bondad!
Y ellas que se quejan y dicen:
"¡Ya no quedan hombres que sepan amar!"

lunes, 7 de diciembre de 2009

Cuando Manuel moría.

Toda una vida tratando de ser diferente.
Muchos años buscando las imperfecciones para corregirlas.
Soy muy duro conmigo cuando me equivoco.
O cuando sé que me comporté igual que un idiota.

Y ahora me pregunto si tanto empeño valió la pena.
¿Quién es el encargado de valorar esas cosas?
¿Quién, mejor dicho, es el encargado de dictar las normas?
¡No les importa ver cómo la llama de una vida se apaga!.

Porque vida no es respirar. Vida es ser,
aunque sea un instante, ese instante será la vida.
Y toda mi existencia me dediqué a ser otro.
Pero nadie parece notar la diferencia.

¿Acaso se necesitan más? ¿No basta con uno?
No puedo ser mil. Sólo tengo dos manos y una cabeza.
Además, veo al vecino y no quiere hacer nada.
Sólo excusas, es evidente: me iré y nadie se dará cuenta.

Cuando muera estarán todos presentes.
Como ángeles errantes, velando mi descenso.
Pero ninguno sospechará lo que he sido.
¡Para qué tanta cosa, hipócritas, si nadie supo quién era!

Quise reformar la familia,
pero el escudo del orgullo me lo impidió.
Quise otra escuela,
pero el rechazo de los otros limitó mi osadía.

Quise otro país,
¡pero el dinero y la burocracia de cinco siglos
son más fuertes que la voluntad de un solo hombre!
Cinco siglos e igual...

Quise su amor,
pero las apariencias valen más que el cariño,
pero mi posición no puede costear el precio de su corazón,
pero siempre seré sólo su amigo.

Morir no es desaparecer, morir es dejar,
aunque sea una sonrisa, esa sonrisa quedará.
Les dejo estas palabras, ¡oh generaciones injustas!
Para que alguno de ustedes continúe esta vida.

martes, 1 de diciembre de 2009

¿Buscando a una mujer?

Sólo he estado con una mujer
y pensé: esa es.
Y lo fue... por un tiempo,
pero luego vi que estaba equivocado.
Sólo quedó aprender de mi equivocación.

No voy a decir que fue un desperdicio.
No me voy a quejar como muchos.
Esa flor algo me enseñó de su modo de vida.
Pero su esencia resultó ser dañina.

Ahora soy un errante del mundo.
Ahora mi corazón no tiene posada.
No me desespero.
No me apresuro.

Porque sé que, al despuntar el alba
en dirección a mi camino,
hallaré lo que he buscado.
Y seré premiado por mi paciencia.