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sábado, 16 de enero de 2010

Agujero

Llevaba rato escuchando la orquesta
su cabeza no la dejaba de mirar.
¿Por qué, acaso?
O ¿acaso para qué?

Palabras inocentes, sin afán de humillar.
No se sentía ofendido,
pero tampoco podía cantar.
¿Qué sentía?

Quién lo habría dicho, o mejor aún,
quién se lo habría dicho.
Pero sonó tan profundo
como si lo gritara al abismo, en media existencia.

¿Aún la quieres? Esa fue la pregunta.
Entonces  la orquesta calló,
y él, con el grito, fue cayendo lentamente,
en ese agujero que llaman indecisión.

lunes, 11 de enero de 2010

Charla con una amiga

No puedo mostrate lo que es el amor, pero...
Sé algunas cosas.

Sé que en el silencio puedes hallar las respuestas a tus preguntas. Ahí es cuando puedes analizar todos los detalles del mundo y tus propias reacciones.
Sé que el amor no es lo que enseña la televisión. Ahora las personas miran la tele y quieren vivir como artistas de cine o como si se tratara de una telenovela, sin paz. Y eso es lo que el amor más necesita, tranquilidad.
Sé que las personas miran la revista, el periódico, la pantalla, la película... y quieren imitar. Tenemos un enjambre de Brads y Angelinas. No son auténticas. El humano ama sus semejantes auténticos, porque es cuando descubren lo maravillosos que pueden llegar a ser.
Sé que un poco de paciencia no está de más. Cuando estás tranquila, puedes contemplar la verdadera belleza que hay en el otro, cada detalle... aún cuando su humor no sea el mejor.
Sé que la risa nos pone a todos en el mismo nivel: ríe el flaco, el gordo, el pobre, el rico, el negro, el blanco, el nacional y el extranjero. Ríen todos. También sé que el llanto y la tristeza nos desnudan, dejan ver lo vulnerables que somos... y ahí también se puede amar, porque sólo tú conocerás sus más íntimos temores.
Sé que el amor nadie te lo puede decir. No tiene forma ni fórmula. Es propio, es tuyo, es para y por ti, tú le das vida y él te dará vida. Nadie te va a enseñar el amor, tú y él simplemente se encuentran en cada detalle, en el viento, en la risa, en la música, en la felicidad y en la tristeza, en la caricia, en el beso, en el abrazo, en el verdor del árbol, en el agua fresca, en el sol de la playa...
Sé que es tan grande, tan inmenso, que te hará esperar mucho para mostrarte lo gigante que está. No se trata de que no lo has encontrado, se trata de que un día sabrás cómo ser tú misma amor y te transformarás en él.
Sé que no está en el príncipe azul. Ese hombre se va de tu mente cada vez que despiertas y cuando encuentras uno similar en este mundo, le hallas algún defecto. El amor no entiende de eso, a él de nada le sirve un poco de carne y unas cuántas chequeras. Cuando llegue la vejez y la enfermedad, te darás cuenta de que ahí hay amor también, a pesar de que el príncipe azul ya no exista. ¡Inclusive los más pobres aman, y lo mejor es que no necesitan nada más que ellos mismos!.

No te puedo decir qué es el amor. Pero sé que tú puedes llegar a ser, a vivir como amor.

domingo, 10 de enero de 2010

Pesimismo

Qué espero de mí. Qué busco en este planeta. Qué es lo que estoy esperando que suceda.
En cada palabra distinta, en cada pausa profunda, en cada mirada.
¿Para qué cambiar la forma de ser?

¿Por qué tanto empeño en generar movimiento?
¿Por qué quiero ser distinto al resto?
¿Por qué quiero ser un hombre nuevo?

Ni el mundo, ni la humanidad, ni las mujeres ni ella. A nadie le importa.
Tanta fe puesta, tanta ilusión.
Ya ni siquiera quiero dormir en este planeta, para despertar al otro día en él.

Todos mis sueños son irreales, puras fantasías, cuando abro los ojos me encuentro en el mismo desierto.

Quiero despertar en otro mundo. ¿De qué sirven todas aquellas palabras de aliento, si sé que nunca va a suceder?

¿Qué busco en esos sueños junto a ella? ¿Quién me espera?

Vámonos de aquí.