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miércoles, 28 de marzo de 2012

Cuando no tengas miedo

Cuando tus ojos se cierren a la vida
Dejaré que la soledad me haga compañía
Seré entonces un solitario nostálgico
Cuando tus ojos se cierren a la vida

Cuando tu orgullo mate el cariño
Dejaré que la tristeza sea parte de mi vida
Seré condescendiente con la sensación que lastima
Cuando tu orgullo mate el cariño

Cuando el desprecio sea la orden del día
Dejaré que la impotencia cubra mis heridas
Seré el abandonado que todo lo mira
Cuando el desprecio sea la orden del día

Cuando el amor ya no sea para mí
Dejaré que las emociones fluyan
Seré el que siente y calla
Cuando el amor ya no sea para mí

Cuando se rindan mis intentos
Dejaré escapar alguna sonrisa
Seré el que se marcha con la frente en alto
Cuando se rindan mis intentos

Cuando esté cansado de pensar en ti
Dejaré que la vida contigo corra
Seré el que mira cómo escapa la oportunidad
Cuando esté cansado de pensar en ti

Cuando por fin te enamores de alguien
Dejaré que te dé todo lo que no pude
Seré el que se alegra de verte feliz
Cuando por fin te enamores de alguien

Peores mentiras

Nadie trató de amarme.
Nadie se sacrificó por mí.
Estoy solo en este mundo.
Puedo vivir completamente solo.
No puedo vivir sin nadie a mi lado.
Mi felicidad depende de alguien.
Alguien depende de mí para ser feliz.

domingo, 25 de marzo de 2012

Siempre, igual siempre

¡Jesús, sálvame!
¿Por qué no dejamos de vernos como nos vemos?
Desnúdate de tanto complejo extraño,
que me tiene cansado el destiempo de tus acciones.

Corre como quien corre lejos del temor,
por más que huyas del agujero del pasado,
terminarás cayendo en él,
transformándote a lo que tanto le tienes miedo.

Mientras sigas armando el rompecabezas,
la existencia vendrá por ti
¿Dijo alguien que la justicia existe?
¿Dijo alguien que la muerte es dolor?

Mejor dejaras tus ideas podridas.
Dejaras de hablar de quien crees que eres.
Y vieras el espejo roto de lo que haces,
siempre tu figura con lo que unes irá cambiando.

Pero sigues gritando
¡Jesús sálvame!
¡Jesús sálvame!
Sálvate tú, de ti mismo.

Siempre seré extranjero.
No creas que me conoces o que me puedes predecir.
Si de pronto yo fuera otro, completamente distinto.
Reclamarás como siempre, gritando miedo.

Sálvate tú, de ti misma.
Deja de gritar "la gente sigue siendo la misma".
Si no has cambiado con las piezas de tu vida,
nunca verás que el sol siempre sale distinto.

domingo, 18 de marzo de 2012

No prometas


No me digas que no me dejarás nunca.
¿Acaso son las mismas olas
las que visitan al mar a cada instante?
Como la tibia y tierna emoción del beso se acaban,
así se acabará lo que quieras conmigo.

¿Es eterna la duda?
Es más largo aún el olvido.
Tal vez nunca he conocido quién hiciera
lo que tantas veces había dicho.

No vengas a decirme promesas.
¡No entiendes que me jodí la vida creyendo!
Creí que me amarían, creí que serías inmortal
¡Creí tantas cosas, como alma inocente!

Por eso, no repitas que no te irás nunca.
Yo no puedo ya creer eso.
Será cuando los años sean vividos por mucho,
o cuando esté convencido de que quieres
permanecer sin importar los embates, a mi lado.

jueves, 15 de marzo de 2012

La risa que te...

Podría ponerme cursi y escribirte una canción, diciéndote cuánto te extraño, cuánto haces falta aquí y cuánto deseo verte.
Podría ponerme triste y escribir un soneto o dos, o un epitafio largo, ahora que no estás.
Podría ponerme odioso y escribirte que ya no te necesito, que ya no perteneces aquí y que me alegro de que te hayas ido.
Pero no lo sé. Ahora no lo sé. No sé qué escribirte.


¿Recuerdas su risa, Luis? ¿Hace cuánto ya de eso? Un año, dos, tres... tal vez más.
Era aquella risa polifacética, risa de burla, risa de diversión, risa sarcástica, risa de... ¿de qué más puede ser una risa?
Sí Luis, sé que la recuerdas. Recuerdas también sus ojos que, con una mirada, sabías bien que no era una persona de fiar. Pero también eran atrayentes y te gustaba... te gustaba que fuera mala.
Lo sé muy bien.
Sé que recuerdas, incluso añoras, sus labios. Su boca al arquearse vulgar, casi asquerosa, para escupir una carcajada que podía incitar a la risa, al pudor, al odio, a la ira, al...
Porque sé que muchas veces debió reírse de ti. Es decir, nadie se escapa de eso, ni siquiera sus tutores.
Sí Luis, lo sé.
Recuerdas aquellos días festivos. Las fiestas de la zona, ahí fue la última vez que viste su risa, que la oíste, que la sentiste... porque sé que uno siente esa risa, le recorre el cuerpo y quema...
Eran aquellas fiestas... La gente aprovechaba para ahogar toda la burocrática rutina de sus vidas en prácticas no salubres: comida grasienta y de origen dudoso, bebidas embriagantes y fogatas y quemas que daban calor a los ebrios que no llegaban a casa. Lo sé, porque eso es lo que ocurre de este lado de la vida.
Había música todo el día, toda la noche. Nadie era de nadie, todos venían de todo lado, nadie era desconocido ¡Benditas celebraciones que por unos días esfuman las barreras que el propio ser humano ha impuesto!
Pero todo era porque el pueblo se deshacía de su mente enajenada, que siempre ha sido así. Tú también lo sabes, Luis.
Yo, al igual que tú, sé que esa noche no fue excepción para las fiestas y tú, al igual que ella, dieron uso habitual al ambiente, a la comida y a la bebida.
Sé también lo que sucedió luego, Sé que llegaste y acechaste, sé que sentiste su risa, que la besaste y dormiste -sólo dormiste- junto a ella. Antes de mí. Antes que cualquiera.
Hay algo que admito, como siempre admito mis carencias. No sé si sólo compartiste el sueño con ella, o si el asunto fue a más. Este es el día que lo desconozco, únicamente puedo hacer conjeturas, y preguntar ya no tiene sentido. Prefiero no saber eso, o imaginar que sólo dormiste, nada más... El calor de sus brazos, eso se extraña...
Y luego su risa. Y quisiste morir por esa risa. Sé que no hubo más intercambios ni palabras en el último día de fiesta, tal vez alguna mirada casual, pero nada más.
Para sonrojo de ambos, y para gracia mía -lo admito-, sé que todos los vieron, que hay testigos de ello y que luego todos se extrañaron por la actitud de ambos. Me río Luis, me río.
Luego no se vieron más, Luis. No más. Y sé que tal vez sufriste un poco, al recordar su risa.
Murió para ti, Luis. Como alguna vez murió para mí y para muchos otros. Sé que murió... al menos para ti...

Te diría que sé lo que pasó y que no me importa.
Te diría que tal vez te amó, que lloró y que ya no le importa.
Te diría que sabes que me quieres, que lo odias y que ya no te importa.
Pero sólo sé que no sé. Ahora sólo te diré que no sé qué decirte.

jueves, 8 de marzo de 2012

A esta noche fría

El humo de un cigarro,
tan solitario como yo esta noche.
Éste frío que me embarga,
como tantas otras veces lo hizo.

¡Ven sufrimiento!
Clamo por ti esta noche.
¡Entra en mi vida! Has lo que bien sabes hacer.
Yo no haré preguntas.

¿Quién recordará su aroma como yo?
¿Quién pensará en su rostro hermoso?
Lloraré tantos días, tantas noches.
Como debo hacerlo. Naturalmente.

sábado, 3 de marzo de 2012

Sueños, que despierto son pesadillas

Estoy susceptible.

Indefenso, derrotado.

Abrí las heridas.

Trato de levantarme.


¡Y me atacan todas

estas cosas!


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jueves, 1 de marzo de 2012

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