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domingo, 25 de marzo de 2012

Siempre, igual siempre

¡Jesús, sálvame!
¿Por qué no dejamos de vernos como nos vemos?
Desnúdate de tanto complejo extraño,
que me tiene cansado el destiempo de tus acciones.

Corre como quien corre lejos del temor,
por más que huyas del agujero del pasado,
terminarás cayendo en él,
transformándote a lo que tanto le tienes miedo.

Mientras sigas armando el rompecabezas,
la existencia vendrá por ti
¿Dijo alguien que la justicia existe?
¿Dijo alguien que la muerte es dolor?

Mejor dejaras tus ideas podridas.
Dejaras de hablar de quien crees que eres.
Y vieras el espejo roto de lo que haces,
siempre tu figura con lo que unes irá cambiando.

Pero sigues gritando
¡Jesús sálvame!
¡Jesús sálvame!
Sálvate tú, de ti mismo.

Siempre seré extranjero.
No creas que me conoces o que me puedes predecir.
Si de pronto yo fuera otro, completamente distinto.
Reclamarás como siempre, gritando miedo.

Sálvate tú, de ti misma.
Deja de gritar "la gente sigue siendo la misma".
Si no has cambiado con las piezas de tu vida,
nunca verás que el sol siempre sale distinto.

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