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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cuenta regresiva


Aún llueve aquí, noche tras noche.
Ya ni la Luna quiere mojarse.
La paz y la dicha caminan lentas.
Pero la esperanza, que a todo le da vida,
hace que no pierda las ganas de verlas de nuevo,
como quien ansía recibir los rayos del Sol.



Una extraña paz que se apodera de mi entorno.
Cada día sueño con irme a un lugar silencioso.
Ver las estrellas que no me hablarán de nadie.
Y ojalá el mar, como cuartada, para que su ritmo
llene el silencio cada vez más profundo de mi voz.



Las horas se estiran y bostezan,
largas, como quien no quiere la cosa.
El tiempo se ha vuelto silencioso,
eso sí, ya no grita como antes.


Aquí llueve día y noche.
El cielo se rompe sobre las calles
y no se ve más que gris lejanía.

Grises montañas.
Grises techos.

¿Cuándo terminará esto?

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