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martes, 10 de abril de 2012

Despedida

Afuera estaba todo tranquilo y sin ti,
como siempre estuvo, nada ha de cambiar.
Si alguna vez te juré no correr más lejos
de lo que tus pies pudieran apartarse de mí,
lo siento, sólo fui víctima de mí mismo,
tratando de calzar nuevamente, como pieza defectuosa,
en algún cuadro que pintaste para ti.

Sí, he luchado por un mundo,
pero todo lo que hay en él te pertenece.
Son los abrazos que no te di,
las tardes en un país lejano,
el café todos los días,
el humo de un cigarro sin terminar,
porque adentro, besándonos, mirando al cielo,
la tarde morir o alguna estrella pasar.

Ya ves, no seré de los que gritan al viento
"¿cuánta desgracia, cuánto dolor?",
sé que soy tanto más culpable que tu.
Si alguna vez prometí quedarme aquí para siempre,
lo siento, pero un día desperté solo, aunque te rogara,
sé que no te quedarás, que en el camino que elijas
yo ya no seré vital. Es el curso de las cosas.

Afuera está la vida, afuera estoy yo,
mirando lo que queda de algún momento incierto,
entre mi último intento por lograr un beso, una caricia.
Ya no jugaré a tu héroe, ya no mereces que muera aquí,
posiblemente otro más ocupe este lugar, porque afuera,
afuera, allá, hay tantos tontos como yo alguna vez fui.
No se puede forzar, lo que por su propia cuenta no pasa,
hasta pronto, espero que seas feliz.

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