No juegues a que no tienes memoria.
Las cenizas de alguna noche,
aunque cada vez más lejana,
todavía queman cuando estamos cerca.
No simules un olvido.
Porque puede pasar que un día,
gris y frío como estos días,
simplemente se me cansen los brazos.
El hastío llega en cualquier momento,
cuando juegas a ocultarte.
Puede que algún día ya no quiera
jugar y correr a buscarte.
Son las cosas que temo,
que trato de ignorar cuando no estás conmigo.
Porque cuando de verdad quieras querer,
entrégate sin importar lo que vaya a suceder.
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