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martes, 28 de febrero de 2012

No me pregunten

No me pregunten.

¿Dónde quedó mi pasado?
¿Alguien sabe la historia?
No recuerdo nada.
No sé cómo llegué aquí.

Sé que cada año me visita.
Y desearía anclar mi alma,
que llegue una barca viajera,
y dejarla en alguna playa solitaria.

No sé cómo llegué aquí.
No me pregunten.
Yo todos los días lo busco.
No sé cómo borré lo que tenía.

Tal vez no quería recordar.
Y así, como se pierde la vida,
como se gasta la existencia.
Así, no quedó nada.

Quiero que sea el último intento.
Un grito desesperado.
Ya no soy yo, ni mi cuerpo
es ya mi cuerpo.

Mi alma no me quiere,
se marcha lejos.
Mi mente se traba, no descansa,
simplemente se enreda en sus pies.

Ahora no sé ni lo que quiero.
Si renuncié a lo que tenía,
era por buscar una nueva excusa.
El axioma resultó ser falacia.

Ya no puedo esconderme,
sólo queda el dolor,
y no sé qué hacer con él.
No me pregunten.

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