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lunes, 8 de mayo de 2017

Diarios de un adolescente #1

Dios sabe que soy feliz
en la inmensidad de mis mares grises
Aplauden mis depresiones
que en el teclado desquito
porque cuando era joven
las escribía en mis muñecas

No había quién las viera
las marcas del tiempo
No había quién preguntara
si tu corazón estaba hueco
No había quién te despertara
del sueño de los muertos

Vagando, pateando las aceras
buscando en los rostros algunas respuestas
Las incógnitas más grandes las esconde el olvido
y las respuestas más certeras están dentro de uno mismo
Hace falta vivir en el silencio
para entender lo que vale una sonrisa

Cuántos kilómetros yo anduve
buscando lo perdido en la bruma de la ciudad
Si nunca tuve ninguna oportunidad
de que me rescatara alguna chica
Si buscaba equivocado en muchos lugares
Y lo que tanto quise era lo que ya tenía

Si estoy triste déjenme,
que ya acostumbrado conozco la cura
Pero si me ven feliz y estallo en risa
quédense conmigo y ríanse como idiotas
Que esos momentos valen su peso en segundos
Que cien años no son nada si te quedas mudo

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