No es sencillo seguirle el paso a este mundo.
Se mueve como un torbellino, arrastrando a su paso letras,
gente, calles, miradas, sonrisas y maldiciones disparadas al aire.
Conseguir las palabras correctas es cada vez más difícil también.
He estado envuelto en una sábana blanca, maniatado,
con los ojos vendados y con trampas trastabillando mi paso.
Es tan corto el tiempo y tan larga la espera siempre.
¿Entiendes que me muevo entre dos universos paralelos?
En uno soy el poeta, en el otro soy el animal que sobrevive.
Como animal me mantengo tenso, al acecho, esperando,
para huir del cazador oscuro que me amenaza con tiros y flechas.
Herido ya de por sí, es difícil caminar entre pantanos.
Como poeta me escapo, amo y vivo al sol,
cauterizando las heridas y aprendiendo del beso, del aroma,
y mis manos, cuales ojos, memorizan tu cuerpo.
No es sencillo seguirle el paso a este mundo.
Cuando me acurruco y lloro, amparado al calor de un abrazo,
es cuando ese niño me grita que me detenga, que lo lleve entre brazos.
Tristes eran los días en donde no había manos que pudieran sostener esta cabeza,
en donde no había oídos que pudieran escuchar estas palabras.
¿Comprendes que a veces soy, y otras sólo me pierdo?
Siempre amparado a la soledad, creciendo como una flor sola,
siguiendo la luz por instinto, como girasol.
La lluvia iba y venía y me mojaba a su antojo. Era feliz.
Pero agridulce es la dicha cuando la luz es demasiado fuerte,
o el viento demasiado frío, o la noche demasiado oscura.
¿Entiendes todo lo que cambia al darle amor a una rosa?
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