¿Dónde quedó el corazón en la noche fría?
¿A quién buscas en el trajín de la lluvia?
¿Dónde nos olvidamos, mujer?
Si a cada palabra mía, existen diez mil excusas,
mejor aparco mi bote en la orilla de esta desolada isla.
Si a cada soplo del viento, le añades una hoja caída,
será marchita la ilusión que este otoño augura.
¿A dónde van las tardes y las brisas?
¿Dónde dormirán las palabras con la caída del ocaso?
¿Cómo nos quitamos esto?
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