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domingo, 27 de mayo de 2012

Cuánta duda aguarda el corazón

¿Cómo darle una razón a quien razón no quiere?
¿Cómo explicarle a quien no quiere explicaciones?
¿Por qué te abracé, noche lluviosa, y fundirnos en un beso fue sencillo?
¿Cómo se vuelve a enamorar, una y otra vez, y una vez más,
no de alguien distinto, sino de ti?

¿Cómo callarse?
¿Qué excusa me invento ahora?
"No conviene, el destino, Dios, la vida"
¡Acaso Dios mío, disfrutar debo de esta estúpida agonía!

¿Cómo callarse? ¿Cómo dejar de hacerse preguntas?
¿Cómo existir con la duda?
La Luna mengua en el horizonte,
y yo que pensaba: "Es lo segundo más hermoso que he visto"
"¿Lo primero?"
"Es haber visto tu sonrisa"

¿Quién recibirá esas palabras?
¿Quién calmará esta sed?
"Las mañanas abrazados en la montaña"
"Las excusas para dejar el trabajo de lado"

¿Alguien entiende mi dolor?
¿A quién más debo explicarlo?
Estas palabras repentinas son mis únicas consejeras.
Y son tan efímeras como lo que pudo sentir ella.


¿Cómo se conquista a quien no quiere conquista?
Alguien diga, ofrezco recompensa.
¿Cómo le digo a esa mujer
que ya no vale la pena pensar en las heridas?


Maldito seré, entonces, idiota.
Por creer en esto, por sentir, por nacer así.
¿Alguien entiende lo que siento?
¿Cómo se quita esto?

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